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lunes, 22 de septiembre de 2008

"El patrimonio cultural al servicio del desarrollo"

Notas sobre el Capítulo 7 de Nuestra diversidad creativa. Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, coordinado por Javier Pérez De Cuellar (México: UNESCO, Correo de la UNESCO, 1997).


Por Eugenio Cruz Bonilla y Álvaro Alejandro Evangelista Sepúlveda


Introducción
Deseamos comenzar señalando dos puntos de suma importancia para la conformación de este documento: la UNESCO y Javier Pérez de Cuellar, el ex presidente de la ONU y coordinador de la elaboración del escrito Nuestra diversidad creativa. Informe de la Comisión Nacional Mundial de Cultura y Desarrollo.
La UNESCO es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, nacida el 16 de noviembre de 1945, en el marco de la creación de la Organización de las Naciones Unidas, y es una de las instituciones dependientes de este organismo internacional. Su sede se encuentra en la ciudad de París, Francia.
Su objetivo estriba más que en la mera construcción de escuelas o la publicación de hallazgos científicos, y se concentra en la elaboración de la paz en la mente de los seres humanos a través de la educación, la cultura, las ciencias naturales, las ciencias sociales y la comunicación.[1]
Javier Pérez de Cuellar (Lima, 19 de enero de 1920). Es abogado y diplomático de carrera ahora retirado. Antes de ser electo Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar fue embajador de Perú en Suiza, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Polonia y Venezuela. Después ocupó diversos cargos en la ONU antes ser elegido Secretario General de este organismo, iniciando su mandato el 1 de enero de 1982. Sería reelegido el 10 de octubre de 1986, comenzando su segundo periodo el 1 de enero de 1987 y concluyendo el 31 de diciembre de 1991. Actualmente se encuentra retirado de la vida pública.[2]

De la introducción
En este apartado se establecen dos tipos de recursos culturales: los tangibles (que se pueden palpar) y los intangibles (las ideas). En este sentido se apunta que los primeros son los que han recibido toda la protección y apoyo, en detrimento de los segundos. Además de que se ha construido toda una visión de lo que es el patrimonio, tal vez no digamos equivocada, pero si incompleta. En esta forma de ver el patrimonio se privilegia lo elitista, lo monumental y lo masculino, en donde lo oral supera lo escrito.
Y es en este sentido, de lo elitista, que se hace énfasis en el éxito o fracaso de los proyectos de conservación del patrimonio (tanto tangible como intangible), en donde los únicos que han obtenido triunfos son los países industrializados, que utilizan tanto inversión pública como privada. Por último, se hace la recomendación de que cada sociedad evalúe sus propios términos sobre lo que es pare ella el patrimonio cultural y como desea que este se utilice. [3]

El patrimonio lingüístico
La diversidad de lenguas expresa la diversidad social y cultural del planeta Tierra, así como las variadas formas de pensar, de ver y entender el mundo. Pero esta diversidad se encuentra actualmente en riesgo, ya que cerca 90% de las lenguas que en la actualidad se hablan se van a extinguir en el siglo XXI, debido a la creciente presión que están ejerciendo los grupos de población más grandes que hablan cierta lengua sobre los pequeños grupos que utilizan otra lengua.
El riesgo que se corre al perderse estas lenguas estriba en la pérdida del conocimiento que estas lenguas y sus hablantes poseen, lo cual sería un grave daño para la humanidad en cuestión cognoscitiva. La solución que se plantea es el establecimiento de escuelas primarias bilingües o multilingües, en donde los niños aprendan su lengua materna y la utilizada por el grupo dominante.[4]

Patrimonio cultural y economía: ventajas y desventajas
La conservación del patrimonio cultural, principalmente el tangible se ha convertido en muchos países en una manera de producir empleos para la población y por tanto ingresos para los gobiernos. Pero esto tiene éxito en gran medida si el lugar en donde se desea explotar económicamente el patrimonio cultural posee un contexto urbano adecuado, con transporte, alcantarillado, seguridad, atención a la salud y atención a la pobreza urbana. Pero, la comercialización de estos espacios ha tenido como resultado la creación de una política orientada hacia la exposición y el acceso, en detrimento de la investigación y la labor de los estudiosos.[5]

Responsabilidades de los museos
Los museos son, después de las bibliotecas, las instituciones que más personas reciben con la intención de acceder al conocimiento general. Son conservadores del patrimonio, aunque en la actualidad se han modificado para ser más agradables a las personas y sean convertido en salas de juegos, cafeterías y ferias. Se ocupan, ya sea de uno o variados temas y juegan un importante papel en el registro y expresión de los de la identidad territorial, tanto local, regional o nacional.[6]

Los archivos
Los archivos son las reservas de los registros históricos, ya que conservan el testimonio de las relaciones humanas, de los actos pasados y de las vidas de las personas. Sirven como fuentes de información y referencia tanto para los especialistas como los no especialistas. El principal problema que enfrentan es lo perecedero de los materiales en que se conserva la información, pero con las nuevas tecnologías esta información se ha podido digitalizar y poner al alcance de más personas.[7]
Un trato equitativo para el patrimonio vivo: las artesanías
La producción y venta de artesanías es una actividad económica muy importante en los países en desarrollo en donde ocupa una cuarta parte de las microempresas. Además, de que permite mantener las tradiciones y el patrimonio cultural con vida, aunque distorsionados con las exigencias estéticas del mercado occidental que consume estas artesanías. La sugerencia que se propone establece la existencia de instituciones que permitan la salida de los productos (artesanías), que se den préstamos a los artesanos y se les otorguen a estos becas para que conozcan las tendencias del mercado y los circuitos de distribución.[8]

Identificar e interpretar el patrimonio
Es necesario e imperioso hacer una nueva evaluación de lo que es el patrimonio en los diferentes países y volverlo a definir, en términos de su uso, protección y mantenimiento. Además, es preciso evitar que los objetos sean sacados de sus lugares de origen para ser vendidos en el mercado negro, ya que al arrancar al objeto de su contexto se pierde valiosa información que nos podría brindar.
En este sentido se propone el establecimiento de la propiedad intelectual, de la cual se desprenden cuatro cuestiones: la autentificación (reglamentación a la fabricación de réplicas), la expropiación (extracción de objetos y documentos de su lugar de origen), la compensación (para retribuir a las sociedades que han sido saqueadas) y la educación (la transformación de objetos tradicionales en mercancías). Y por último se propone la protección del patrimonio folclórico de cada país.[9]

Lagunas en la formación y en las bases institucionales
La falta de personal adecuado tanto en museos, como archivos ha sido uno de los principales problemas que estas instituciones enfrentan. Pero ahora la multidisciplinariedad ha llegado a estos lugares y les permite realizar un mejor trabajo y ofrecer mejores servicios al público. Entre las profesiones que se están interrelacionando se encuentran la restauración, la conservación, la biblioteconomía, la realización de exposiciones y la gestión de recursos financieros.[10]

Vinos viejos en odres nuevos
Los países que obtuvieron su independencia después de la Segunda Guerra Mundial se están dedicando a construir museos y archivos para preservar lo que no les fue arrebatado en su pasado colonial por las grandes potencias. Y en el sentido de la preservación que se hace hincapié en la necesidad de que los museos y los particulares no compren objetos que se hayan obtenido de forma ilícita o que no se pueda comprobar su origen.[11]

Comentarios finales
En este texto se plantea la necesidad de la protección y la preservación del patrimonio cultural, tanto tangible como intangible, para que la humanidad no pierda ese importante conocimiento y para que los grupos humanos que lo conservan puedan beneficiarse de una manera económica, cognoscitiva y cultural.


[1] UNESCO, página oficial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=3328&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html (acceso septiembre 12, 2008)
[2] ONU, página oficial de la Organización de las Naciones Unidas, http://www.un.org/spanish/aboutun/sg/sg5bio.html (acceso septiembre 12, 2008)
[3] UNESCO. “7. El patrimonio cultural al servicio del desarrollo”, en Nuestra diversidad creativa. Informe de la Comisión Nacional Mundial de Cultura y Desarrollo, por Javier Pérez de Cuellar, coord. (México: UNESCO, Correo de la UNESCO, 1997), 212-214.
[4] Ibíd., pp.214-218.
[5] Ibíd., pp.219-223.
[6] Ibíd., pp.223-227.
[7] Ibíd., pp.228-230.
[8] Ibíd., 230-233.
[9] Ibíd., pp.233-238.
[10] Ibíd., pp.238-240.
[11] Ibíd., pp. 240-244.

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