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martes, 28 de octubre de 2008

"La concepción simbólica de la cultura”

Por Armida León Prieto



Introducción

Gilberto Giménez nació en México, es Doctor en Sociología, por la Universidad de la Sorbona, París III (Francia, 1976), Licenciado en Ciencias Sociales, por el Instituto de Scienze Sociali de la Universidad Gregoriana (Italia, 1956) y Licenciado en Filosofía, por la Universidad de Comillas (España, 1950). Es investigador Titular C, de tiempo completo, en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, así como profesor de asignatura en las divisiones de Estudios de Posgrado de la Facultad de Filosofía y de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de esta casa de estudios. Asimismo,
es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel 3, miembro de número de la Asociación Mexicana de Semiótica y miembro de la International Communication Association (ICA).

Entre sus libros se encuentran: Cultura popular y religión en el Anáhuac, México, Centro de Estudios Ecuménicos, 1978. Poder, Estado y Discurso, México, UNAM: Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1981, (2a. edición, 1982; 3a. edición, 1989). La teoría y el análisis de la cultura, México, Edic. SEP / Comecso / Universidad de Guadalajara, 1987. 1988, La teoría y el análisis de las ideologías, México, Edic. SEP / Comecso / Universidad de Guadalajara, 1988. Sectas religiosas en el Sureste, México, CIESAS: Cuadernos de la Casa Chata, 1988. Reseñas bibliográficas (vol. I y II). Teorías y análisis de la identidad social, México, Instituto Nacional Indigenista (INI), 1992. Gilberto Giménez y Ricardo Pozas (eds.), 1994, Modernización e identidades sociales, México, UNAM: Instituto de Investigaciones Sociales / Instituto Francés para América Latina (IFAL). Identidades religiosas y sociales en México, México, UNAM: Instituto de Investigaciones Sociales / Instituto Francés para América Latina (IFAL), 1996.

La formación histórica del concepto de cultura

El autor considera que existen diversas etapas (tres), en la construcción del concepto de cultura. El periodo fundacional inicia con Edward B. Taylor y su obra Primitive culture (1871), ËL maneja la siguiente definición: La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualquier otro habito y capacidades adquiridas por el hombre en cuanto miembro de la sociedad [1]. Taylor considera que la cultura está sujeta a una evolución lineal siguiendo etapas definidas e idénticas, lo que conlleva, que todos los pueblos deben pasar por ellas. Sin embargo, considera las costumbres como parte de la cultura, visión contraria a la época. Por otro lado para Franz Boas, la cultura se basa en un particularismo histórico, introduce la idea la pluralidad histórica, objetividad relativa basada en las características de cada cultura

La elaboración del concepto de culturas atraviesa por tres fases sucesivas: En la fase concreta surge un elemento perturbador, las costumbres; así que la cultura es definida como el conjunto de las costumbres, (las formas o modos de vida), que caracterizan a un pueblo. En la fase abstracta, entre 1930 y 1950, los antropólogos desplazan las costumbres a los modelos de comportamiento los que definen la cultura y los convierten en un sistema conceptual que existe independientemente de toda práctica social, la cultura es reducida a un sistema de valores.

En los principios de los setentas al aparece el libro the Interpretation of Culture de Clifford Geertz, da inicio la fase simbólica, en ella se manejan los significados, el concepto de cultura se restringe al ámbito de lo simbólico, son estructuras de significación socialmente establecidas.

La antropología posmoderna, representada por James Clifford y George Marcus, manejan el concepto de cultura como totalidad coherente, un conocimiento totalizante del "otro" que se convierte en una construcción arbitraria del antropólogo. Inicia la crisis de identidad, que permite se libere la concepción de la cultura, del monopolio de la antropología. El interés por la cultura invade los estudios de las demás ciencias sociales, como la literatura, comunicación, historia, sociología. Los estudios culturales se convierten en cuasi-disciplina auspiciada por la Universidad de Birmingham, Inglaterra. El giro cultural prefiere entender la cultura como un conjunto de prácticas simbólicas dispersas y descentradas, como repertorio simbólico de estrategias de acción. Para William H. Sewell Jr., considera sistema y práctica como conceptos complementarios que se presuponen recíprocamente, solamente es necesario articularlos entre sí [2].

La cultura como proceso simbólico

La definición de cultura que utiliza el autor como punto de partida es la siguiente: es posible asignara un campo específico y relativamente autónomo a la cultura entendida como una dimensión de la vida social, si la definimos por referencia a los procesos simbólicos de la sociedad [3]. La cultura es concebida como una dimensión analítica de la vida social, autónoma y regida por una lógica propia. La cual se contrapone a la naturaleza y a la no-cultura. Se particulariza y pluraliza en un ámbito específico y bien delimitado de creencias, valores y prácticas. Se habla de las culturas, una cultura se contrapone a otras.

La concepción simbólica o semiótica la define como el conjunto de hechos simbólicos presentes en una sociedad. Utilizando la referencia etimológica la cultura es la acción y el efecto de cultivar simbólicamente la naturaleza interior y exterior a la especie humana. Para el efecto de este punto lo simbólico es el mundo de las representaciones sociales materializadas en formas sensibles, también llamadas "formas simbólicas", y que pueden ser expresiones artefactos, acciones, acontecimientos y alguna cualidad o relación [4] Lo simbólico envuelve el extenso conjunto de los procesos sociales de significación y comunicación. La definición conlleva tres problemas:

1) Los códigos sociales, sistemas articulatorios de símbolos, en diferentes niveles.
2) La producción del sentido, ideas, representaciones del mundo, del pasado y presente.
3) La interpretación o del reconocimiento, que permite comprender la cultura.

Algunas observaciones importantes, es una dimensión constituida de todas las prácticas sociales. La dimensión simbólica esta en todas partes. La cultura es un instrumento de intervención sobre el mundo y un dispositivo de poder. Manifiesta una relativa autonomía y coherencia. Ya que responde por definición a la lógica de una estructura simbólica y tiene una coherencia y las prácticas culturales se concentran en torno a nudos institucionales poderosos como el Estado, la Iglesia, las corporaciones, mass-media, dedicados a administrar y organizar sentidos.

¿Objeto de una disciplina o campo transdisciplinario de estudios?

El enfoque simbólico de la cultura ha sido aceptado por autores de diversas disciplinas. Toda la variedad de las demarcaciones existentes entre la cultura y la no-cultura se reduce a considerar que la cultura interviene como un sistema de signos. Para algunos autores la cultura es abordada como código o sistema de reglas por la antropología estructural, o como esquemas interiorizados de percepción, de valoración y de acción por la sociología de Bourdieu [5].

Sin embargo, Giménez prefiere abordarla la cultura como el proceso de continua producción, actualización y transformación de modelos simbólicos (en su doble aceptación de representación y de orientación para la acción) a través de la práctica individual y colectiva, en contextos históricamente específicas y socialmente estructurados [6].

Transversalidad de la cultura

Este enfoque da a la cultura un mundo muy vasto, ya que incluye toda la vida social. El autor utiliza una tesis para poder pensar la cultura en su conjunto. La tesis señala que sólo experimentamos fragmentos limitados del mismo, los llamados "textos culturales". La metonimia, es una figura literaria que tiene como función, la condensación de una problemática compleja y abstracta, en la que se toma la parte por el todo.
Además se puede abordar de manera sectorial, debido principalmente a que la sociedad moderna tiene por característica una diferenciación marcada, que busca la eficacia y la productividad

Asimismo pueden usar el enfoque dinámico, que señala que todos y cada uno de los sectores culturales pueden dividirse en cinco procesos: La creación de obras culturales; la crítica desempeña un papel de legitimación; la conservación de las obras bajo múltiples formas; la educación, la difusión de las obras culturales y las prácticas de animación y; el consumo socio-cultural o los modos de vida.

También se puede abordar la cultura según la estructura de las clases, la misma desigualdad social produce una desigualdad distributiva del poder, produciendo configuraciones o desniveles ideológico-culturales. Este enfoque ha sido cuestionado por los teóricos de la posmodernidad y los de la cultura popular, señalan que las sociedades modernas y posmodernas se encaminan a la universalización de la clase media. Además el enfoque neomarxista ha recuperado nuevas energías. Los seguidores de Gramsci aseguran que el maestro sigue proporcionando opciones a la crisis de paradigmas que está viviendo la etnografía. Sus seguidores señalan que la división de clases no es la única forma de división social [7].

La interiorización de la cultura

Se vinculan los modelos simbólicos con los actores que los incorporan y que los expresan, ya que, no existe cultura sin actores, ni actores sin cultura, obliga a considerar la cultura desde la perspectiva de los sujetos, y no de las cosas. La cultura objetivada son las más estudiadas, por su accesibilidad a la documentación y a la observación etnográfica. Por otro lado la cultura interiorizada, tiene dificultades teóricas y metodológicas.

Giménez estudia las formas interiorizadas basado en el paradigma del habitus de Bourdieu, el paradigma de los sistemas cognitivos de Strauss y Quinn y; el de las representaciones sociales, elaborado por la escuela europea de psicología social. El análisis que maneja el autor utilizará el último paradigma.

Pasando por la sociología de Durkheim, Moscovici, Abric, Jodelet, podemos resumir que las representaciones sociales son sistemas cognitivos contextualizados que responden a una doble lógica: la cognitiva y al social. Los mecanismos centrales son la objetivación y el anclaje. Su estructura esta compuesta de un núcleo central consistente y una periferia más elástica. Las representaciones sociales son a la vez estables y móviles, rígidas y elásticas [8]

Eficacia operativa de las formas subjetivadas de la cultura.

Las funciones principales de las representaciones sociales son: La función cognitiva, es una crítica centrada en la cultura misma, comprenden y analizan la cultura desde dentro;
la función identificadora, es la interiorización selectiva, distintiva y contrastiva de valores y pautas de significados por parte de los individuos y de los grupos; función de orientación, constituyen guías potenciales de los comportamientos y de las prácticas, lo realizan de tres maneras, definen la finalidad de la situación, generan un sistema de anticipaciones y expectativas que influyen sobre la realidad para acomodarla a la representación a priori de la misma y; función justificadora, explica, justifica o legitima a posteriori las tomas de posición y los comportamientos.

El autor concluye junto con Michel Bassand, que la cultura no sólo está socialmente condicionada, sino que constituye también un factor condicionante que influye profundamente sobre las dimensiones económica, política y demográfica de cada sociedad [9].

En este trabajo el autor, nos explica como ha evolucionado la definición de la cultura, nos va llevando hacia la concepción simbólica de la misma. Para poder comprenderlo primero tenemos que conocer lo que significa la palabra simbólico. Los signos reflejan parte de lo que somos, fuimos y seremos como seres sociales que integramos una comunidad. La cultura al estudiarse, analizarse, reflexionarse pueden ser abordada desde diferentes disciplinas, procesos y métodos. Ese es uno de los atractivos de las investigaciones sociales, la posibilidad de un análisis multidisciplinario.


Giménez, Gilberto. "La concepción simbólica de la cultura", en Teoría y análisis de la cultura. México: Conaculta, 2005, pp. 67–87
http://www.paginasprodigy.com/peimber/cultura.pdf

2 comentarios:

Anónimo dijo...

interesantisimo y de mucha ayuda para comprender el texto! gracias!

Anónimo dijo...

Gracias es realmente de mucha ayuda para mejor comprensión del texto